Nuestra sociedad se encuentra anestesiada: ante el dolor, la violencia y los cambios...y señores, a nuestra cotidianeidad. Sigamos negando la cercanía con los problemas: sólo están en el telediario.
Pensamos muchas veces que es en el vecino de enfrente a quien le ocurre las cosas, pero aún ayer pude ser testigo de cierta volencia verbal de compañeros en clase de Bellas Artes con un chico cuya forma de expresarse y comunicarse ante el mundo es especial. Pasado mañana nos preguntaremos cómo ese chico, desprovisto de paciencia y sentido juicioso, tras ser rechazado multitud de veces, tan cristiano, amable y callado, fue capaz de llegar a la facultad con una escopeta y pegar tiros a sus propios compañeros de clase que cada 5m tratan de recordarle que es diferente y que no lo aceptan. No se preocupen, que pasado mañana aparecerán con una gran corona de flores exaltando su buen hacer como compañero y sus caras de perplejidad preguntándose qué le pudo ocurrir; chantaje en la web?, malos tratos en casa?, no tenía para terminar en la facu?
La violencia: la negamos a la chiquita y la cultivamos a la grande.
No añado nada más. Andaluceira
